Miravalle 6-5 Cuatro Caminos
Ir a Guadarrama nunca ha sido fácil, y ayer disputamos seguramente el peor encuentro de la temporada hasta el momento. No supimos controlar el partido en ningún momento e incluso llegamos a estar desquiciados porque no nos salía nada. Fue una derrota merecida, aunque bien es verdad que nos pudimos marchar con reparto de puntos y, por qué no, con la victoria.
La primera parte comenzó con un dominio alterno del juego, sin ninguna ocasión demasiado clara para ningún equipo. Muy claras fueron dos llegadas nuestras ante el portero. En ambas, no supimos concretar, se la dimos a las manos. Ni siquiera podríamos hablar de ocasiones. Más tímidos si cabe fueron sus acercamientos hasta el minuto 10, cuando consiguieron adelantarse en el marcador. A partir de ese momento, nos dominaron durante varios minutos en los que estuvimos aturdidos andando y viendo como movían el balón.
A falta de 6-7 minutos para el final cambió nuestra actitud, nos metimos en el partido, y aprovechando dos ocasiones conseguimos darle la vuelta al marcador. Eso duró la reacción. Luego apareció el árbitro, con alguna que otra decisión injusta, y la facilidad de caer de los jugadores de Miravalle, que nos ayudaron a cargarnos de faltas. Tuvieron un doble, que desaprovecharon. Pero a falta de un minuto hicieron el empate a dos. Como no podía acabar así, nada más sacar de centro y tras una muy buena jugada, nos fuimos al descanso ganando 2-3.
Tras el descanso, la habitual empanada con la que salimos al campo nos costó cuatro minutos horribles, con 3 goles horribles en contra. La apatía con la que jugamos fue más dura si cabe con un resultado tan adverso, cuando habíamos ido tan igualados durante el resto del partido. Parecía que el partido acababa con ello, pero volvimos a cambiar el chip y llegaron dos goles hasta empatar a 5, lo que nos dio un plus de motivación y esperanza.
Y a partir de ahí cualquier cosa pudo pasar. Cualquiera podía haber marcado, pero en un despiste generalizado y una buena acción del jugador de Miravalle , fueron ellos los que se llevaron el premio. Tuvimos dos mano a mano con el portero que no supimos aprovechar y un doble que también fallamos.
No fue el mejor árbitro que nos podía haber tocado, tomando decisiones bastante controvertidas en cuanto a las amonestaciones, y sin ni siquiera advertir a uno de los jugadores de Miravalle cuya actitud era bastante amenazadora, cuando le insultó o no hacía más que quejarse y tirarse en cada jugada. Pero no podemos decir que influyó en el resultado para nada. Cuestión de apatía y mala suerte.